Sábado, las 6 de la mañana, mi hermano desesperado pitandome a fuera de mi casa, la Indira ya en mi casa, milagro, no estaba atrasando. En la parada, la Vanessa y George esperandonos, todo estaba listo para emprender nuestro viaje a Ometepe.
En un jeep super chuiquito e incomodos eternas se hacen las horas desde Jinotepe. 8:30 y apenas vamos llegando a Rivas, preocupados por no encontrar el ferri de las 8:45 y sin ganas de tener que esperar hasta las 10.
Con nuestras mochilas pesadas, corriamos para subirnos al ferri. Amor, amor! Taxi? Baratito reyna!. Mareados, asoliados, el puerto de Moyogalpa lleno, y nosotros buscando un lugar barato en donde pasar la noche.